Debido a compromisos en el ministerio, parte de mis quehaceres se desarrollan en los distintos aeropuertos por donde debo pasar. Allí leo, envío y recibo correos electrónicos, o simplemente me pongo a observar todas las clases de personas que se pueden ver desfilando que con su manera de vestir o expresión de sus rostros probablemente están diciendo lo que son. Uno de los aeropuertos en el que estuve hace unos años fue el O’Hare, de Chicago, que está entre los más transitados e importantes del mundo. Su nombre es en honor al piloto de la Marina de los Estados Unidos Henry Edward O’Hare, conocido como Butch. Su proeza más destacada fue cuando él, sin la ayuda de nadie más, atacó a nueve bombarderos enemigos que se acercaban a su portaviones. Aproximadamente un año después esa gran proeza, O’Hare fue derribado en pleno combate y murió́. Su avión y cuerpo nunca aparecieron. Tenía 29 años.

Un dato curioso es que este héroe de guerra no era el único que llevará ese nombre. Para más o menos la misma época, otra persona famosa también era conocida como Edward O’Hare, apodado “Easy Eddie“. Este O’Hare fue un abogado en Saint Louis y más tarde en Chicago. En esta ultima ciudad comenzó́ su viaje al bajo mundo donde comenzó́ trabajar como abogado del famoso gánster Al Capone. O’Hare más tarde fue apresado y ayudó a los fiscales federales a atrapar y condenar a Capone por evasión de impuestos. En 1939, O’Hare fue asesinado a balazos mientras conducía su automóvil. Edward O’Hare, el abogado de Al Capone, fue el padre de Edward O’Hare el héroe.

La realidad de que no necesariamente la vida de los padres se replica en los hijos no sólo es evidente por la historia que acabamos de leer, sino por muchas más. Los refranes que son partes de la psicología popular, no siempre son exactos, justos o verdaderos. He podido ver padres totalmente depravados con hijos diferentes a ellos. Y viceversa, padres que anduvieron por el camino de la redención con hijos transitando por el camino de la perdición. En las Escrituras podemos ver cómo esta verdad es confirmada.

La vida familiar de algunos personajes bíblicos evidencia la manera como Dios administra Su gracia para que los pecados y las disfunciones de una generación no necesariamente sean vividos por la próxima. Hay varios casos que podemos observar, como Samuel y sus hijos. En el sentido inverso, Saúl y Jonatán. Sin embargo, hay un caso en particular que llama mi atención, y es el de Gedeón y su padre Joás. El libro de los Jueces nos dice muy claramente como era el padre de Gedeón, y también nos narra la condición del pueblo hebreo en aquellos días: 

Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y el Señor los entregó en manos de Madián por siete años. Jueces 1: 1

Como podemos observar, la condición del pueblo era totalmente deplorable ante los ojos del Señor. Era un pueblo rebelde, idólatra y olvidadizo de Dios. A pesar de tener pleno conocimiento del único Dios verdadero, de como los sacó de Egipto, y de tener una Ley por la cual ellos debían regirse, este pueblo optó por darle su devoción a Baal y Asera, dioses paganos de las naciones que le rodeaban. Por esta razón, Dios le envió́ juicio por medio de los madianitas, y después de siete años de sufrimientos, el pueblo se acordó́ de Dios y Él tuvo misericordia de ellos. A pesar de la decadencia espiritual de ese pueblo rebelde, Dios escogió́ a un hombre llamado Gedeón para traer victoria sobre sus invasores y devolver la paz y la seguridad a la nación hebrea. Cuando revisamos el trasfondo familiar de este hombre escogido por Dios nos damos cuenta que la vida idólatra de su padre no impidió́ que Dios derramara Su favor en él. Gedeón fue bendecido por la gracia del Señor. La Escritura dice de él lo siguiente:

Y el ángel del Señor se le apareció́, y le dijo: El Señor está contigo, valiente guerrero. Jueces 6: 12. 

Dios llama a Gedeón para ser el libertador de Israel a pesar de su historia familiar. Si bien probablemente su padre Joás era el responsable del altar a Baal y Asera en su localidad, Gedeón fue el instrumento que Dios usaría y usó para que Su gloria fuera vista nuevamente en suelo judío. Gedeón sabía que no era merecedor de tal gracia, por eso se mostró humilde, sabio e insuficiente para hacer lo que Dios le estaba llamando a hacer (Jueces 6:11-17). Gedeón confió́ en Dios en todo el trayecto, teniendo victorias muy importantes sobre los madianitas, y esto sería recordado como un evento muy especial en la historia de Israel (cp. Sal. 83:11; Isaías. 9:4; 10:26). Gedeón rechazó la oferta de ser rey de Israel, y sus hechos indican la importancia que él tuvo en el periodo entre la entrada a la tierra de Canaán y la implantación de la monarquía. “De tal palo tal astilla” no siempre aplica porque Dios derramó Su gracia sobre Gedeón y lo libró de la decadencia espiritual que imperaba en el pueblo. Gedeón anduvo en los caminos de Jehová́ y no en los de su padre. Gedeón adoró a Jehová́ Dios y no a Baal y a Asera. Su devoción y fidelidad fueron para con Dios y no para los ídolos.

“De tal palo tal astilla” no siempre aplica porque la gracia y las misericordias de Dios son derramadas según el puro afecto de Su voluntad. Detrás de cada obra de gracia hay una vida que estaba imbuida en la desesperanza y la decadencia. La historia de la redención confirma que todos nosotros íbamos a repetir las acciones perversas de nuestros antepasados a no ser por la irrupción de Dios en nuestras vidas para romper un círculo vicioso que solo se quiebra con la sangre de Cristo. 

“De tal palo tal astilla” no siempre aplica porque Dios tiene control supremo sobre todo lo que acontece en el mundo y por consiguiente en nuestras vidas. La Biblia dice: 

“Pero Él es único, ¿y quién le hará́ cambiar? Lo que desea Su alma, eso hace. Porque El hace lo que está determinado para mí y muchos decretos como estos hay con El”. Job 23:13-14.

“Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas porque yo soy Dios y no hay otro; yo soy Dios y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio, y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: “Mi propósito será́ establecido y todo lo que quiero realizaré”. Isaías 46:9-10.

“Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, más El actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener Su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?”. Daniel 4:35.

Puesto que Dios es soberano, Él tiene la prerrogativa de salvar y condenar. Es porque Él es soberano que muchos creyentes no están transitando por los mismos caminos de sus padres. “De tal palo tal astilla” no siempre aplica porque Dios derrama Su gracia común sobre todos los seres humanos, mostrando así́ compasión aun por aquellos que le desprecian. “De tal palo tal astilla” no siempre aplica porque Dios tiene planes de redención, y eso no depende de nosotros los humanos ni de nuestros trasfondos familiares y sociales. “De tal palo tal astilla” no siempre aplica porque Dios no es un “caballero” sino el Soberano, que irrumpe en nuestras vidas para librarnos de nuestros propios sistemas familiares, de nosotros mismos y de Satanás. 

¡Qué bueno que Dios nos miró antes de la fundación del mundo para colocarnos en Sus caminos! Así́ ha hecho y así́ seguirá́ haciendo hasta que caiga el telón de la historia y sea puesto el punto final de nuestras vidas debajo del sol. Qué bueno es Dios que aunque podamos llevar el mismo nombre de algún antepasado, por Su gracia y por Su amor nuestras vidas y nuestros caminos son distintos a la de estos. Las vidas de los O’Hare fueron muy distintas. La del padre se desarrolló en las mazmorras del bajo mundo y la del hijo en las alturas del heroísmo Tú y yo probablemente también estamos beneficiándonos de esa gracia de Dios. ¡Qué bueno que “de tal palo tal astilla” no siempre aplica! 

 

 

   
 
Otto Sánchez
Director del STEBD
Pastor Iglesia Bautista Ozama (IBO)
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